jueves, julio 17, 2025
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Historia de Campana: La morgue

Durante la Intendencia de Pedro Jacob, el expediente con la Letra P, N°11, del 18 de febrero de 1922 nos da fe del proyecto de construcción de la morgue en nuestra Necrópolis.

Con el objetivo de dar cumplimiento a lo dispuesto en el inciso 17 de la ordenanza de presupuesto vigente, Inciso 3ro., de Obras Públicas, se envía al Ingeniero Municipal, nota con el objetivo de que él mismo proyecte la construcción de una sala de autopsias en el sitio indicado en el plano general y dentro de la suma presupuestada de $4000 moneda nacional, acompañando planos, detalles de la obra y pliegos de condiciones. En la misma se deberá tener en cuenta, el ensanche futuro en el plano para Peristilo y Capilla.

El 18 de marzo, el Ingeniero ya tenía preparado el proyecto de la sala de autopsias y de útiles del cementerio, como así también, toda la documentación necesaria para efectuar el llamado a licitación. Asimismo, tal como lo disponía el Art. 2 de las Bases de Licitación, solicita el dinero necesario para sufragar los gastos del Dibujante Proyectista, copias a máquina y heliográficas.

El tiempo para entregar las propuestas de licitación, se fijó hasta el 8 de abril, a las 13 horas. Las propuestas fueron recibidas en el mismo municipio, firmadas, cerradas y lacradas, como así también se entregaron las bases a los interesados por el proyecto.

Lógicamente que la intendencia aclaró, que elegiría la propuesta más conveniente, pudiendo rechazar, el mismo Intendente alguna o todas las propuestas si lo creyere conveniente.

El contrato se firmaría dentro de los quince días siguientes a la adjudicación, estipulando que el pago se haría en efectivo, al culminar la obra, descontándose el 10% del valor de la misma que quedará en garantía hasta la fecha de su recepción definitiva.
En cuanto a la obra, claro está, sería la construcción de una sala de 4 por 4 metros para autopsias y un local de 2,35 metros por 4 metros para útiles. Las obras serían supervisadas por el Ingeniero Municipal; el contratista deberá proveer todo lo necesario para la construcción, como así también la mano de obra.

Se estipula además que la sala se cubrirá con azulejos a 1,80 metros de altura, exigiéndose materiales de construcción de muy buena calidad; como por ejemplo, la arena de río tendrá que estar desprovista de limo o materiales orgánicos que la alteren; las calles, se aplicará cal hidráulica del azul y la cal grasa de Córdoba; el cemento Portland, de las marcas de primera categoría de ese entonces; los ladrillos, serían los denominados “a la italiana” o de mesa, bien cocidos y “sonoros”; siguiendo con muchos requerimientos más.

En cuanto a la carpintería metálica, debía adaptarse a conformidad según los planos; las puertas y ventanas llevarían dos manos de minio (óxido de plomo en forma de polvo, de color rojo algo anaranjado, que se emplea como pintura antioxidante), que deberán estar completamente secas al llegar a la obra.

Los mármoles, se exigían de la mejor calidad, sin grietas y otros defectos, de color blanco, sin exceso de vetas. En cuanto a la vidriería, llevará “vidrio inglés” en todas las aperturas.

Hasta aquí, todo muy bien, pero con José Clerici, quien fue el constructor, pareciera que mucho no cumplieron; debió abrir un expediente de reclamo, con fecha 7 de octubre de 1922.

Entre otros trabajos, reclamaba, la colocación de una claraboya para el techo y la colocación de una ventana completa.
Dicha situación fue resuelta por el Concejo Deliberante, quien elevó la suma del presupuesto acordado de $4000 moneda nacional a $4164 moneda nacional, que en definitiva había llevado la obra, efectuándose la aprobación del pago el 20 de octubre.

Por Juan Cruz Fernández Ciancaglini y Profesor Andrés Suardini
Foto 1: portada de expediente de construcción de la sala de autopsia.

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