El pasado viernes 16, la ciudad de Campana vivió una jornada crítica tras un temporal que dejó un acumulado de 520 milímetros de lluvia en pocas horas. Barrios enteros quedaron bajo el agua, cientos de vecinos fueron evacuados y los servicios esenciales colapsaron.
En esta nota, dialogamos con el jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Campana, Jonatan Craviotto —quien también coordinó el Centro de Operaciones de Emergencia (COE)— y con el director de Defensa Civil, Juan Carlos Ruiz, quienes relataron cómo vivieron una de las peores emergencias hídricas que recuerde la ciudad.
Ruiz cuenta que desde Defensa Civil se monitorea constantemente el tiempo a través del Servicio Meteorológico Nacional, el sistema de alertas de la Provincia de Buenos Aires, el Servicio de Hidrografía Naval y otros organismos.
“De esta forma nos notificamos en tiempo y forma de los eventos meteorológicos y, a través de la prensa, se informa a los ciudadanos por redes sociales y medios audiovisuales para que tomen los recaudos necesarios”.
Según relató Craviotto, una de las primeras alertas llegó desde el barrio Otamendi. Poco después, comenzaron a reportarse anegamientos en Las Acacias, Santa Lucía y San Felipe, donde se desplegaron móviles para asistir a cada zona.
“Desde las cuatro de la tarde estuvimos trabajando en Santa Lucía, donde empezó lo peor. Una vez que se inundó el barrio San Cayetano, montamos el centro de operaciones en el paso a nivel de su entrada. Pero siempre la tarea de todos, fue evacuar gente”, afirmó.
Durante las primeras horas del temporal, el COE (Centro de Operaciones de Emergencias) se instaló sobre el puente del arroyo El Potrero, en la Ruta 6.
“El móvil de Comando de Operaciones Especiales, que se establece afuera del cuartel es el que coordina, a través de los jefes, todo el trabajo dentro de la emergencia. Allí se organizaron también todas las instituciones que vinieron de otras localidades, en lo que respecta a bomberos”, explicó Craviotto.
Ruiz, por su parte, remarcó que “existen protocolos de actuación ante diversas clases de emergencia. Se instala el comité de crisis, donde confluyen todos los representantes de las distintas fuerzas o instituciones y allí se coordina los pasos a seguir”, lo que fue clave para lograr la evacuación organizada de los vecinos.
Muchos vecinos se acercaron con sus propias embarcaciones para ayudar en la evacuación. Al principio, la situación fue algo desorganizada debido a la urgencia, pero con la intervención de distintos actores se logró coordinar mejor y aprovechar al máximo todos los recursos. Craviotto agregó que: “Con toda esa ayuda, pudimos coordinar los accesos por todos los vértices al barrio para lograr la evacuación total”.
Las evacuaciones se organizaron por protocolo: primero fueron trasladadas personas con problemas de movilidad, de salud, niños, mujeres y adultos mayores a los centros de albergue.
“También hubo autoevacuados que se movilizaron por sus propios medios”, detalló Ruiz.
La ayuda llegó de todos lados: la Armada Argentina, el Ejército, personal del Municipio, vecinos, Prefectura Naval Argentina, Policía de la Provincia, Cruz Roja, Parque Nacional Ciervo de los Pantanos y Defensa Civil. Incluso desde la Región Norte arribaron cerca de 40 bomberos con camiones y embarcaciones.
“En un momento nos dimos cuenta de que no íbamos a dar abasto con nuestros móviles para las evacuaciones, por eso llamamos a la parte de operaciones de la Región Norte”, añadió el jefe de bomberos.
“Como primera medida, al recibir las alertas, Defensa Civil se desplegó al lugar con todo su personal y medios a su alcance, junto con Bomberos Voluntarios de Campana. A medida que se iba agravando el evento, colaboraron todas las dependencias municipales, bomberos de otras ciudades y distintas fuerzas e instituciones”, detalló Ruiz, resaltando el trabajo en equipo durante la emergencia.
Craviotto también destacó la labor de su equipo: “Cerrando el panorama, la tarea de bomberos fue, creo, una de las más pesadas desde el principio de la emergencia hasta el domingo aproximadamente, cuando empezó a bajar el agua. Porque fuimos quienes nos pusimos a cargo para que pudieran empezar a trabajar las demás autoridades en lo que deja una emergencia de este tipo”.
Los barrios más afectados fueron San Cayetano —el más comprometido—, seguido por Santa Lucía, Otamendi, San Felipe, 21 de Septiembre, San Jacinto, Villa Nueva, San Luciano y el centro de Campana, especialmente la zona Este. Desde el Municipio informaron oficialmente alrededor de 1.000 evacuados, aunque se estima que fueron muchos más, ya que numerosos vecinos se autoevacuaron a casas de familiares o conocidos.
“Teniendo en cuenta la gravedad de la situación, vemos el panorama como muy positivo. Sabemos que la gente perdió todo a nivel material, pero en cuanto a la emergencia se puso de manifiesto la capacidad operativa y la respuesta brindada. Vale aclarar que no tuvimos fallecidos, desaparecidos ni heridos graves”, expresó Ruiz.
De cara al futuro, desde Defensa Civil anunciaron que se consensuará un protocolo de actuación, adecuado a la creciente intensidad de los eventos meteorológicos. Ruiz destacó que, pese a la magnitud del temporal, la prevención funcionó gracias al monitoreo conjunto con distintos organismos que evalúan periódicamente el clima y emiten alertas oportunas.
Además, recomendó a los vecinos mantenerse atentos a los avisos oficiales del Servicio Meteorológico Nacional, Defensa Civil y otras entidades, y contar con un kit de emergencia que incluya agua, alimentos, medicamentos y una linterna. También sugirió conocer las rutas de evacuación y refugios más cercanos, tener a mano los números de emergencia y, en caso de inundación, evitar caminar, nadar o conducir a través del agua, no acercarse a postes eléctricos ni cables. La clave, enfatizó, es estar informados, preparados y saber cómo actuar.
Más allá del despliegue de fuerzas y personal especializado, fue clave la solidaridad de los vecinos, las empresas y clubes deportivos que brindaron ayuda en este difícil momento y también el compromiso del Municipio de Campana. Muchos ciudadanos pusieron a disposición embarcaciones, vehículos y hasta sus propias casas para ayudar a quienes lo necesitaban. En una situación extrema, la ciudad respondió con unidad, compromiso y humanidad.