Desde el centro de la manzana triangular delimitada por las calles Ameghino, Saavedra y Sarmiento, un edificio atrae la atención por su definida arquitectura, estilo y esplendor. Ese es el chalet de Viale.
Este hermoso edificio fue construido por la sociedad anónima Puerto y Ciudad de Campana a principios del año 1889 para sede de su administración. Debido a las deudas contraídas durante su edificación, se dispuso realizar una rifa solicitando la autorización de la Municipalidad. Después de realizar una serie de reuniones, se dio por aceptada la idea, fijándose en $40,000 el precio total del chalet, para lo cual se pondrían en circulación 2000 números a $20 cada uno.
Esta idea no se llegó a concretar y la finca fue adquirida por el señor Basilio Lepori, luego pasó a manos del señor Toribio Viale quien la bautizó con el nombre de Chalet San Luis. Durante muchos años la enorme casona fue habitada por la familia Viale y luego fue comprada por el doctor Martín Becerra. También albergó durante años a la escuela número 15 “Juan Bautista Alberdi” y a muchos alumnos que transitaron su enorme estructura, otorgando al lugar momentos de confraternidad. Seguidamente fue habitada por la familia Toffoleti hasta el fallecimiento de uno de sus hijos, producto de un accidente doméstico: murió electrocutado mientras cortaba el césped en el jardín.
Luego estuvo en situación de abandono, siendo saqueada e incendiada por grupos de personas que ocuparon el lugar. Después de una prolongada permanencia en este lugar la familia viale estuvo envuelta en un halo de misterio, ya que integrantes de la misma estuvieron involucrados en hechos difíciles de comprender.
El capitán de Domingo Viale fue sorprendido por un violento temporal que lo obligó a atarse al timón durante tres días y a campear la intensa tormenta llegando en buenas condiciones al puerto de Valparaíso en Chile. Uno de sus hijos Luis Toribio Viale vivió una trágica experiencia al incendiarse la iglesia de la compañía. Sabiendo que su novia y su madre se encontraban en el lugar rompió una ventana y se internó entre las llamas, un trozo de madera encendida lo alcanzó en la cara haciéndole perder el ojo izquierdo, a pesar de ello salió de la iglesia abrazado a la imagen de una virgen, creyendo que se trataba de su novia.
Por último, debemos referirnos a Luis Viale, quien tuvo una actitud heroica en el incendio y posterior naufragio del vapor América. Cuando se sacó su salvavidas para dárselo a la señora Carmen Pinedo de Marcó del Pont, que estaba esperando su primer hijo. El pereció ahogado en las aguas del Río de la Plata.
Además, Luis Viale fue el fundador del Hospital Italiano. El diario La Nación convocó a una colecta para realizar un monumento en su memoria. La estatua fue colocada primero en la Recoleta y después en la Costanera Sur, frente al muelle de pasajeros, en testimonio de gratitud y admiración. Sus restos descansan en el cementerio de nuestra ciudad. Hoy, después de una intensa y profunda labor de restauración, sus dueños han logrado que el antiguo edificio vuelva a la vida, convirtiéndolo en un salón para eventos.
Por Guillermo Guasconi.