La institución acompaña a familias de San Cayetano para garantizar una infancia sana, acompañada y con futuro. Su labor se centra en los primeros mil días de vida, una etapa clave para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de cada niño.
La salud, la nutrición y el bienestar son derechos básicos de todos los niños, pilares que les permiten desarrollarse, aprender, crecer y construir un futuro mejor. Darles la posibilidad de acceder a una buena alimentación y a la estimulación temprana es la base de CreSiendo, una organización sin fines de lucro en crecimiento constante, que lleva siete años acompañando a embarazadas y niños de 0 a 2 años.
Ubicada sobre la calle Bidegain, en el ingreso al barrio San Cayetano, CreSiendo abre sus puertas cada lunes y martes para recibir a las familias del barrio con un objetivo claro: preservar el cerebro desde el embarazo hasta los dos años, período en el que se define gran parte del desarrollo físico, emocional y cognitivo de una persona.
La entrevistada es Bárbara Novelli, nutricionista y presidenta de la institución, quien habla en nombre de todo el equipo. En contacto con 2804 Informa, explicó que el nombre CreSiendo fusiona dos palabras que resumen su esencia: crecer y ser. “Nació a partir del compromiso de un grupo de personas que, al ser conscientes de la realidad en la que vivimos, no pudimos mirar para otro lado. Sentimos la necesidad de hacer algo por los más desprotegidos. Un bebé no elige nacer en un contexto vulnerable, y eso puede marcar su destino. Nuestra motivación fue garantizar un mejor comienzo para cada niño y niña”, contó.
El proyecto empezó como una iniciativa solidaria y, con el tiempo, se consolidó como una asociación civil sin fines de lucro que combina acompañamiento profesional con contención comunitaria. Su mirada está puesta en los primeros mil días de vida, una “ventana de oportunidad” en la que las experiencias y cuidados recibidos pueden modificar el desarrollo del cerebro y las condiciones de salud futuras.
Según explicó, los desafíos son muchos. “Detectamos dificultades de acceso a los controles de salud, carencias de recursos básicos como alimentos y pañales, y falta de espacios de acompañamiento emocional para las mamás. Muchas transitan la maternidad en soledad. CreSiendo nació para dar respuesta a esas carencias, creando un lugar de cuidado que contemple tanto lo físico como lo social”, indicó Novelli.
El trabajo que realizan se basa en un abordaje integral y sostenido en el tiempo. Cada bebé y su familia son acompañados durante dos años por un equipo que incluye pediatras, nutricionistas, psicólogos, trabajadoras sociales y especialistas en estimulación temprana. “Además de los controles médicos y nutricionales, se brindan talleres de oficio para las madres y acompañamiento personalizado. También entregamos bolsones de alimentos y artículos de higiene, siempre buscando fortalecer el vínculo madre-hijo y promover hábitos saludables y autonomía familia”, detalló.
El equipo es amplio y diverso, pero con la misma convicción. “Somos un grupo de profesionales y voluntarios que hacemos este trabajo ad honorem. Sostenemos las jornadas con compromiso, esfuerzo y amor”, señaló Novelli, al tiempo que mencionó a quienes forman parte del proyecto: Gustavo Bassi, director y pediatra; Marisa Goñi, especialista en estimulación temprana; María Claudia Gaitán, cofundadora y coordinadora general; Ivone Ramazzoti, licenciada en nutrición; Josefina Cuevas, psicóloga; Romina Racedo, puericultora; Marcela Viera, trabajadora social; Lucía Senn, coordinadora de talleres; Agustina Romagnano, tesorera y comunicación institucional; Yani, Yaqui, Lara, Orne, Lourdes, Zoe, María Inés, talleristas y voluntarias; – Eduardo Malet, Sebastian Rigonni, Mariela Diderich, Román Chardia, Alejandro Tortonese, Carina Romero, integrantes de la comisión directiva.
Las jornadas, que se desarrollan dos veces por semana, son intensas y llenas de vida. Las familias llegan con sus bebés y participan de los distintos espacios: atención pediátrica, nutricional y de estimulación temprana, talleres grupales y juegos. También se comparte una merienda y se refuerzan tanto pautas de crianza como hábitos saludables. “Más allá del acompañamiento profesional, buscamos generar un entorno cálido y respetuoso, donde cada mamá se sienta escuchada, valorada y contenida. Para formar parte del programa pedimos compromiso, responsabilidad, asistencia y puntualidad”, afirmó.
CreSiendo también mantiene un trabajo con otras instituciones, otras ONG, escuelas, universidades, el Municipio de Campana, y empresas privadas que colaboran con recursos, voluntariado o donaciones. “Esta red de apoyo es fundamental para sostener el programa y ampliar su impacto”, reflexionó Novelli.
Con el paso del tiempo, los resultados se hicieron visibles. “Vemos una evolución muy significativa en los bebés: mejor nutrición, más asistencia a los controles médicos, avances en estimulación y comunicación y vínculos familiares más fuertes. En las mamás se nota un crecimiento personal y emocional: mayor confianza, más redes de apoyo y participación activa en los talleres. Muchas lograron generar microemprendimientos, adoptar rutinas más saludables y sentirse acompañadas en su rol”, comentó al ser consultada sobre el impacto de este trabajo en las familias que participan.
Más allá de los logros, el sueño de CreSiendo es consolidarse como un espacio de referencia en primera infancia en Campana. “Soñamos con sumar más profesionales, talleres y desarrollar programas de acompañamiento prenatal y actividades abiertas a la comunidad”, afirmó, además de dejar un mensaje a los vecinos: “Nos sostenemos gracias a la solidaridad. Cada donación, cada hora de voluntariado y cada gesto cuentan. Entre todos podemos cambiar el comienzo de muchas vidas”.
También hizo mención a un objetivo de la institución: “Nuestro principal desafío es lograr tener un lugar propio. Hoy funcionamos en un espacio alquilado, lo que implica un gasto mensual importante que se suma al sostén económico del acompañamiento profesional y alimentario de los quince bebés y sus familias que integran el programa e incluir a más familias que están en lista de espera, pero eso requiere recursos, más espacio y estabilidad financiera”.
Aun así, la esperanza sigue siendo el motor. Cuando le pedimos que defina el espíritu de la institución, Novelli aseguró: “Acompañamos los primeros pasos de la vida, para que cada bebé crezca con más oportunidades y dignidad, y en un futuro elija ser quien quiera ser”.
En San Cayetano, entre sonrisas de bebés, charlas compartidas y manos que acompañan, CreSiendo demuestra que transformar la realidad es posible. Que crecer y ser, como su nombre lo dice, es también un acto de amor.



