Julieta es una joven remera del Campana Boat Club que, con esfuerzo, constancia y pasión por el deporte, se ganó un lugar en la Selección Nacional y está a punto de cumplir uno de sus grandes sueños.
Su camino en el remo comenzó en Zárate, donde dio sus primeras paladas. Según nos cuenta, fue gracias a su mamá que Julieta incursionó en el remo. Ella quería que su hija hiciera algún deporte al aire libre y, entre las opciones de natación, vela y remo, Julieta no dudó: “La verdad que los otros deportes no me llamaban la atención, ya había hecho natación, así que opté por el remo. Desde el primer día me gustó el deporte, el grupo me encantó y también me motivó mucho que fui mejorando”.
“A medida que empecé a mejorar y ganar Argentinos, siempre tuve en mente llegar a la Selección”, recuerda. Con esa meta clara, aprovechó cada oportunidad para participar en los selectivos, aunque el camino no fue fácil. Por cambios de ciudad, tuvo la oportunidad de pasar por distintos clubes y entrenadores, lo que le permitió formarse con diferentes miradas y aprender sobre el alto rendimiento desde distintas perspectivas. “Gracias a ese paso por diferentes clubes y de ser entrenada por distintos entrenadores, aprendí mucho del deporte de alto rendimiento, y eso estuvo muy bueno, ya que es una característica que hoy me define, básicamente”.
Hoy, la remera del Campana Boat Club cumplirá uno de sus grandes sueños: representar al país en los Juegos Panamericanos Junior de Asunción. Clasificar fue una alegría enorme, especialmente después de lo vivido en 2023, cuando una lesión le impidió participar en los Juegos Panamericanos de mayores, pese a haber clasificado los botes. “Esta vez quiero prepararme bien, dar lo máximo y disfrutar la experiencia, sobre todo porque es mi último año en la categoría Sub-23”, explicó.
Sobre el proceso y las competencias que atravesó, destaca el aprendizaje que le dejaron los desafíos: “Cada regata fue una experiencia única que me ayudó a superar miedos y a ganar confianza. Valoro mucho el trabajo en equipo y el vínculo con mis compañeras, que me dieron fuerza para seguir creciendo regata a regata”. Enfrentó situaciones exigentes, como correr semifinal y final con apenas una hora de descanso, adaptarse a cambios por el clima y sostener el rendimiento más allá de las condiciones.
Después de dos años y medio, el Campana Boat Club vuelve a tener un atleta en la Selección Nacional de Remo, y pasaron diez años para que una remera del club participe en un campeonato internacional representando al país. “La verdad es que estoy muy contenta por el apoyo que me dieron en este tiempo, no sabía que hacía tanto tiempo que el club no participaba en la selección, por lo que me pone más contenta aún ser parte de esto. Tanto Sergio Fernández como Adrián Zárate me ayudaron mucho. Tuve momentos difíciles a nivel personal y ellos estuvieron ahí. Mejoré mi técnica y el poder remar todos los kilómetros que había que remar me ayudó mucho en ese proceso. La verdad que fue uno de los mejores momentos porque esa preparación fue excelente para mí”.
Julieta compitió en el Sudamericano/Pre-Panamericano Sub-23, donde logró una medalla de plata en el single y un bronce en el cuádruple par, además de clasificar a los Juegos Panamericanos de agosto. También formó parte del cuádruple Senior, alcanzando un quinto puesto en una regata exigente que le dejó grandes aprendizajes.
Su rutina de entrenamiento tiene hoy una meta clara: llegar en el mejor nivel posible a los Panamericanos Junior. “Estoy enfocada en mejorar mi rendimiento en estos meses y en fortalecernos como grupo con las chicas. Creo que esto es clave para mejorar el nivel y traer las mejores medallas de este evento, que al ir a competir con los mejores atletas de cada país es buenísimo para exigirnos cada uno al máximo y sacar lo mejor de uno”.
Además, destaca la importancia de cuidar también el bienestar emocional: “Con mi psicóloga deportiva, Malena, trabajamos mucho en aprender a concentrarme cuando realmente lo necesito. Fue fundamental, porque muchas veces le damos importancia a cosas que no nos sirven y nos sacan energía, especialmente cuando estamos haciendo una actividad física que requiere tanta concentración y esfuerzo”.
Julieta también remarca el plus que significa representar al país en este tipo de competencias: “El cariño que te hace llegar la gente cuando representamos al país en una competencia afuera es inexplicable. Es algo que remarco siempre, porque es muy lindo”.
Muchos atletas de alto rendimiento que comienzan con el deporte de chicos tienden a perderse cosas de su infancia o adolescencia, ya que deben entrenar, competir y equilibrarlo con el estudio. Sobre eso, Julieta cuenta que, si bien se perdió de vivir experiencias con sus amigos, “no siento que haberme perdido esos momentos sea algo malo o una pérdida, porque este deporte es algo que elegí y que me gusta hacer. Y estando en las competencias conocés gente nueva todo el tiempo, pasamos mucho tiempo juntos en entrenamientos, por lo que es siempre lindo estar con gente que comparte el gusto por el remo”.
Además del alto rendimiento, Julieta también encontró la manera de equilibrar su vida académica y social con el deporte. “Mi vida social está muy vinculada al remo. Paso mucho tiempo con mis compañeras de equipo y ahí se generan amistades muy lindas”, cuenta. En cuanto a los estudios, nos cuenta que gracias a una beca puede cursar de manera virtual en la Universidad de Palermo: “Estudio a distancia, lo que me permite organizar los tiempos según mis entrenamientos y estar siempre presente en todo. Es la mejor manera de poder seguir formándome sin dejar de lado el deporte”.
Antes de terminar, Julieta deja un mensaje para quienes sueñan con vestir los colores de la Selección: “Si se les da la oportunidad, si lo sueñan y lo buscan con convicción, no hay nada que los pueda frenar. Representar al país es lo más lindo que hay. Y siempre hay que volver a la base, a recordar por qué uno empezó a hacer ese deporte. Volver a ese disfrute genuino te ayuda a atravesar la presión y los nervios. Ahí es donde todo empieza a fluir, y cuando las cosas salen, la satisfacción es enorme”.
La historia de Julieta es una muestra de que se puede. Que con esfuerzo, convicción y amor por lo que hacés, los sueños se alcanzan. Porque cuando el camino se recorre con pasión, el remo no solo avanza sobre el agua, también te transforma.
Y Julieta, con su historia, su esfuerzo, nos lo demuestra con cada remada.