Es una enfermedad reumática crónica que aqueja a un número importante de personas, sobre todo después de los 50 años, y que se produce porque se van lesionando los cartílagos articulares principalmente en manos, rodillas, cadera, columna cervical y lumbar.
Una articulación es la unión de dos huesos permitiendo, en la mayoría del cuerpo, que se produzca el movimiento.
El cartílago es el tejido que se encarga de recubrir los extremos de ambos huesos y es el responsable de que la articulación amortigüe y funcione de manera correcta.
Por distintas causas, ese cartílago (hialino) se va lesionando, puede incluso llegar a desaparecer, haciendo que los extremos de ambos huesos rocen directamente, produciendo dolor y muchas veces rigidez, constituyendo lo que se conoce como Artrosis.
Causas:
Si bien no se conocen con exactitud, es posible identificar factores de riesgo.
1. Edad: A partir de los 50 años, la artrosis comienza a crecer exponencialmente.
2. Sexo: Las mujeres de 50-55 años se ven más afectadas, sobre todo luego de la menopausia por disminución de estrógenos.
3. Genética: No es hereditaria, pero puede contener un componente genético que facilita la aparición en personas con historial familiar.
4. Actividad laboral: El trabajo que requiere movimientos repetidos puede generar la sobrecarga articular.
5. Lesiones deportivas: Las lesiones que causan traumatismos pueden generar un alto porcentaje de aparición de artrosis en el cuerpo humano.
6. Sedentarismo: La falta de ejercicio físico pone en riesgo al cuerpo y puede facilitar la llegada de la artrosis.
7. Obesidad: El sobrepeso no sólo es uno de los factores que pueden ser capaces de desarrollar artrosis, también es uno de los responsables del empeoramiento de los síntomas de artrosis.
“Es una enfermedad que tendremos todos si alcanzamos una edad avanzada.”
Síntomas
- Dolor articular.
- Deformidad articular.
- Sensación chirriante.
- Inflamación en las articulaciones.
- Rigidez.
- Dolor: Es el síntoma fundamental.
De inicio insidioso (de comienzo lento), profundo y mal localizado.
Suele aparecer cuando se le exige un esfuerzo a la articulación enferma y, en general, empeora a medida que avanza el día.
Con el progreso de la enfermedad, el dolor puede aparecer con el reposo o incluso con el descanso nocturno.
En la artrosis de la columna vertebral, se produce dolor de cuello o de la región lumbar, dificultad para el movimiento y contractura de los músculos de la región afectada.
Otra posibilidad, cuando el paciente aqueja dolor en el muslo (por dolor irradiado), es que la artrosis se localice en la cadera.
Aparecen con el paso del tiempo, al igual que la limitación de la movilidad con dolor a la presión, chasquidos y crepitación de la articulación.
El crecimiento de los extremos de los huesos que forman la articulación puede hacer que la articulación se agrande y ensanche, provocando deformidades muy visibles cuando se da en los dedos.
- Sensación chirriante:
Es posible que sientas una sensación chirriante al usar la articulación y que oigas chasquidos o ruidos al movilizarte.
- Inflamación en las articulaciones:
Las partes blandas sufren y se produce hinchazón, por eso las articulaciones pueden verse más grandes e incluso coloradas.
- Rigidez:
La rigidez en las articulaciones puede ser más notoria al despertar o después de estar inactivo.
¿Cómo prevenir?
1. Evitar el sobrepeso y los movimientos repetitivos, usar calzado cómodo, no realizar esfuerzos mayores ni repetitivos en la casa, ejemplo: lavado de ropa a mano, lavarropas de carga inferior, llevar fuentones o baldes muy cargados con agua o ropa, correr muebles, etc. Son causa frecuente.
2. Hacer ejercicio, sobre todo aeróbico y de trabajo muscular sin impacto. Ejemplo, bailar previene la artrosis.
Tratamiento:
Tratamiento no farmacológico:
- Kinesiología y el ejercicio aeróbico (natación, caminar, yoga).
Tratamiento farmacológico:
- Como primera opción, el paracetamol.
- Como antiinflamatorio no esteroideo, luego se tienden a usar otros antiinflamatorios, pero se aconseja consultar al médico para evitar complicaciones, sobre todo digestivas.
- El sulfato de glucosamina y el condroitín sulfato estimulan la síntesis de matriz extracelular del cartílago y parece que ejercen un control moderado sobre el dolor articular, si bien los estudios realizados no muestran resultados totalmente definitivos.
- El ácido hialurónico y los factores de crecimiento plaquetario intra-articulares sirven para tratar aquellos pacientes con una artrosis refractaria al tratamiento médico, al tener un efecto analgésico-antiinflamatorio y protector del tejido.
Últimamente han aparecido trabajos que demuestran que el tratamiento con ácido hialurónico más células madre o plasma rico en plaquetas puede dar resultado en las articulaciones refractarias a tratamiento médico habitual.
Dr. Víctor Racedo. MN 78153
Clínica Médica, Reumatología.
Especialista en Terapia Intensiva y en G y E de la Salud.
