En una nota exclusiva para nuestro periódico, hablamos con Angelina Muga, la joven atleta de nuestra ciudad que recientemente se consagró campeona en heptatlón en el Campeonato Sudamericano U18 que se llevó a cabo en San Luis. Angie, sin lugar a dudas, es una atleta muy completa que, como ella dice, tenía su futuro marcado, ya que sus padres son fanáticos del deporte y su mamá es exatleta, y hoy está marcando su propio camino.
La pista atlética del Centro de Desarrollo Deportivo “Pedro Presti” fue el epicentro del atletismo sudamericano juvenil con la realización del 27.º Campeonato Sudamericano U18, que contó con la participación de más de 450 atletas de 13 países. Angie fue una de esos 450 atletas que participó y trajo a nuestra ciudad una medalla dorada. “Para este campeonato entrené mucho desde principio de año, prioricé sobre todo mi salud mental en conjunto con mi salud física. Sigo una dieta balanceada con mi nutricionista, voy al osteópata, al kinesiólogo… todo lo que conlleva ser un atleta de alto rendimiento”.
El heptatlón conlleva siete disciplinas: 100 metros vallas, salto de altura, lanzamiento de peso, 200 metros lisos, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y 800 metros. El heptatlón consiste en competir en siete pruebas distintas del atletismo, en las que, según la marca obtenida, el participante recibe una puntuación. Cuanto mejor sea la marca, mayor puntuación se obtiene. “La prueba que fue más difícil para mí fueron los 800 metros, porque con esta prueba se definía quién iba a ser la campeona sudamericana, ya que la atleta brasileña y yo estábamos peleando el primer puesto. Íbamos prácticamente iguales, pero yo salí a pelearla y corrí a la par de ella. Es una atleta que actualmente entrena en Estados Unidos, lo cual es una particularidad”.
Al finalizar todas las pruebas, Angelina quedó muy agotada y hasta tuvo que ser atendida por los médicos. Nos cuenta que recibió la noticia de que ganó por 5 puntos en la ambulancia: “Recuerdo estar en la ambulancia siendo atendida por los médicos, prácticamente sin poder hablar, y llegó mi entrenador y me dice: ‘¡Ganaste por 5 puntos!’ Ahí nomás no pude contener las lágrimas. Realmente agradezco inmensamente a mi entrenador, Diego Marquine, que siempre confió en mí y siempre me impulsa a ser mejor. Sin ir más lejos, el día anterior me quise rendir y tuve una charla con él en la que me dijo: ‘Esa no es la actitud de una atleta de oro’, y yo le respondí que no entrenaba para la medalla de plata, que entrenaba para el oro. Al otro día me levanté con toda la energía y lo conseguí”.
“Todo lo que hice valió la pena. Yo estoy en último año de secundario, no fui a Bariloche, no hice un montón de cosas. A veces no hacer cosas de un adolescente normal es difícil y duele, pero al fin y al cabo valió la pena. Tal vez haya gente que no sabe lo que hay detrás de esta medalla o de un logro para un deportista en general. Detrás de un título hay un montón de cosas; la gente no ve el ensayo, solo ve la obra”. Los padres de Angelina son amantes del deporte y, sin ir más lejos, su madre es exatleta.
“Tenía mi futuro un poco marcado. Yo me inicié para probar a ver si me gustaba y, al obtener buenos resultados, me gustó mucho más. La gente del atletismo es muy genuina; nos cuesta mucho porque no es un deporte que tenga mucho apoyo, entonces el ambiente es muy verdadero. Para el año que viene se vienen cosas mucho mejores que estas. No quiero adelantar mucho, pero son cosas muy buenas”.