domingo, octubre 19, 2025
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24 años del Teatro La Rosa: la pasión de un proyecto ininterrumpido

El emblemático espacio cultural celebra más de dos décadas de vida, forjado a mano por sus fundadores y sostenido por una comunidad que lo convirtió en refugio, escenario y motor de la vida artística local. Javier Marizaldi, uno de sus creadores, repasa la historia, las anécdotas y los desafíos de este sueño colectivo.

El Teatro La Rosa cumple 24 años y, con ellos, consolida una trayectoria marcada por la constancia, la pasión y el amor por el arte. Son más de dos décadas de funciones, talleres, festivales y encuentros que lo transformaron en un verdadero ícono de la vida cultural campanense. Pero detrás de cada función, cada aplauso y cada telón que se abre, hay una historia de esfuerzo, amistad y creatividad.

Todo comenzó con una idea tan inesperada como audaz. En una entrevista que mantuvo “2804 Informa” con Javier Marizaldi, uno de los dueños, recuerda que la chispa inicial vino de su amigo Diego Carfagno: “Diego tenía una cancha de pádel. Cuando bajó el auge de ese deporte, se convirtió en panadería por un tiempo. Después él tuvo la idea de hacer un teatro y me llamó. Al principio dudé, porque ya estaba el Pedro Barbero, pero cada vez que pasaba por la fachada del galpón con esas arcadas de estilo teatral, sentía que tenía potencial y así fue como nos lanzamos”.

Según nos cuenta, lo que siguió fue pura aventura. No hubo arquitectos ni constructoras, sino manos amigas y mucho ingenio. “El escenario lo hicimos nosotros, los telones también, las paredes cambiaron y el techo sigue siendo el mismo. Fue todo artesanal, nunca se le pagó a un albañil ni a un plomero. El teatro nació a mano, con el empuje de Diego, de Piru Zapata y mío, y la ayuda de mucha gente conocida”, enfatizó, reflejando que ese espíritu de autogestión y comunidad se convirtió en un sello de identidad del Teatro La Rosa.

Desde entonces, la actividad nunca se detuvo. “Fueron 24 años ininterrumpidos”, remarcó Javier, quien sostuvo que, apenas abrieron, comenzaron a dictar talleres y a sumar propuestas. En los turbulentos años del 2001, acompañaron el clima social con “guitarrazos” y funciones a la gorra para acercar el arte a todos. Con el tiempo, el teatro fue creciendo y ganando reconocimiento. Primero llegaron espectáculos independientes y luego grandes figuras de la escena nacional.

China Zorrilla, Raúl Lavié, Pedro Aznar, Federico Luppi, Nora Cárpena, Liliana Herrero… La lista es extensa y habla por sí sola. Pero para Javier no se trata solo de nombres: “Lo más recordado fue la visita de China que hasta fuimos a cenar con ella, fue un lujo. También Pedro Aznar, un artista sublime, o el profesionalismo de Federico Luppi. Son momentos que atesoramos”, .

Al mismo tiempo, el teatro nunca perdió su esencia de refugio local. “Siempre hubo lugar para los artistas de acá. La Rosa fue casa de muchos. Yo hace 14 años tengo un grupo con más de diez obras, y se formó una verdadera familia teatrera. Además, nos mezclamos con teatros de Zárate, con los que armamos proyectos conjuntos. Ese intercambio nos mantiene vivos y en movimiento”, indicó.

Hoy la oferta cultural de La Rosa es tan variada como sostenida. Talleres de teatro infantil y adultos, canto, improvisación, stand up y seminarios ocupan la agenda semanal. “No hacemos más porque no nos da el espacio ni el tiempo: de lunes a sábado siempre hay actividad. Un sábado tenemos stand up, otro ‘Trazos’, una propuesta ligada a la psicología. Es una agenda completa y diversa”, explicó Marizaldi.

El espacio también supo renovarse. Una de las transformaciones más emotivas fue la llegada de las butacas del Teatro Pedro Barbero, gracias a una propuesta del Municipio en el marco de su remodelación. “Para nosotros fue muy significativo. Diego y yo debutamos como actores en esas butacas. Que hoy estén en nuestra sala es mantener viva la historia”, aseguró con emoción.

Aunque el Teatro Pedro Barbero pueda representar cierta competencia, Javier lo vive con madurez: “Entendemos que el sol sale para todos. Hay lugar para múltiples propuestas y siempre está la posibilidad de trabajar en conjunto. Nunca sentimos que nos afectara gravemente. Al contrario, la ciudad gana con más cultura”.

Esa mirada amplia también se nota cuando habla del valor del arte: “Para nosotros la cultura forma parte del cotidiano. Es un servicio, un aporte necesario para la sociedad. El teatro abre caminos, da oportunidades. No lo vemos como un lujo, sino como un trabajo que brinda arte y que la gente necesita”.

Los años también trajeron cambios en la forma de organizar y comunicar. La venta de entradas, que antes era en papel a través de comercios amigos, hoy se trasladó a las plataformas online. Al respecto, Javier nos contó que “Einstein, el histórico comercio de la calle Mitre nos vendió muchísimas entradas. Era fundamental. Ahora con los QR y las redes sociales la gente se entera de otra manera. Fue un cambio cultural, aunque todavía hay quienes prefieren la reserva telefónica y retirar en puerta”.

Entre los momentos más difíciles estuvo la pandemia. Con su sala cerrada, La Rosa se reinventó: recibieron subsidios del Instituto Nacional del Teatro, hicieron funciones al aire libre, dictaron clases virtuales y filmaron obras para su canal de YouTube. “Fue bravo, pero salimos adelante. El teatro siempre fue generoso. Aparecen cosas nuevas, como el boom del stand up en su momento, que nos dió aire”, recordó con gratitud.

A lo largo de estos 24 años, las anécdotas abundan. Desde cenar con China Zorrilla hasta charlar con el productor Carlos Rottemberg “como pares”. Desde festivales de teatro independiente hasta pruebas de sonido con artistas de renombre. Todo suma a la memoria viva de un espacio que supo ser escenario de miles de historias.

Aunque no habrá grandes festejos por este aniversario, la celebración se da cada vez que se abre el telón. “Los 15 años los festejamos con una gran fiesta. Ahora seguramente esperemos a los 25. A los 24 años los celebramos ensayando. Para nosotros es natural: es trabajo, pero también es vida”, enfatizó el artista y dueño de La Rosa.

La emoción se le notaba en los ojos, detrás de sus anteojos, mientras reflexionaba sobre la importancia del arte: “La cultura es como el sueño para el cuerpo: reparadora y necesaria. La vida no es lo mismo con arte que sin arte. El teatro te cambia la energía, te acompaña, te ayuda a pensar distinto. Una función puede ser una hora que te transforma. Eso es lo que queremos seguir ofreciendo”, concluyó Marizaldi, al tiempo que invitó a los lectores de 2804 Informa a vivir una experiencia en el espacio ubicado en Sívori 916 y a seguirlos en sus cuentas de Facebook e Instagram.

Cartelera próxima del Teatro La Rosa

  • 4 de octubre: Víctor Laplace con “Don Juan”

  • 11 de octubre: Hugo Correa presenta “La Trova Orillera”

  • 18 de octubre: Oscar Araoz con “Master Araoz”

  • 9 de noviembre: “Ecléctica” presenta un show de danza

  • 16 de noviembre: Adrián Navarro

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