domingo, septiembre 7, 2025
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El poder invisible de la mente en el deporte

Mucho se habla del factor mental en el deporte. No es novedad que resulta determinante para alcanzar buenos resultados. Sin embargo, la pregunta es: ¿todos lo entrenan? La respuesta, lamentablemente, es no.

Detrás de cada récord, trofeo o medalla existe un entrenamiento que no siempre se ve: el mental. La salud psicológica y la fortaleza emocional se han convertido en un factor clave para alcanzar el alto rendimiento sin perder el equilibrio personal.

Tradicionalmente, cuando se habla de preparación deportiva se piensa en lo físico: horas de gimnasio, rutinas técnicas, cargas de entrenamiento, nutrición y descanso. Pero cada vez más atletas y entrenadores reconocen que el éxito también depende de otro “músculo”, tan poderoso como los demás: la mente.

El deporte es un escenario de emociones extremas. La presión de la competencia, las expectativas propias y ajenas, el miedo al fracaso, la tensión de representar a un equipo o a un país… todo eso convive con la pasión y el deseo de superarse. En ese contexto, el rendimiento deportivo no se define sólo por la preparación física, sino también por la capacidad de gestionar la mente.

Psicología del deporte: rendimiento y salud

Desde hace más de 10 años tengo el privilegio de acompañar a muchos deportistas en la búsqueda de sus sueños. Trabajamos sobre distintos aspectos de su vida deportiva: definimos objetivos, creamos planes en conjunto con entrenadores y equipos técnicos, y entrenamos habilidades mentales como la motivación, la autoconfianza, la concentración, el control de la activación y el manejo de las emociones.

La psicología del deporte tiene dos grandes objetivos. Por un lado, potenciar el rendimiento, ayudando al deportista a rendir más y mejor en función de sus metas. Por otro, cuidar y promover la salud mental, para que el disfrute y la práctica deportiva se sostengan como hábitos saludables a lo largo del tiempo.

El caso de Agostina Hein

Acompañar a nuestra superatleta Agostina Hein es uno de los grandes privilegios de mi profesión. Hace más de 7 años que trabajamos juntas, y guiar su crecimiento junto al entrenador y al equipo de profesionales ha sido una experiencia invaluable.

Hace poco, luego de que Agos se convirtiera en campeona mundial, un colega me escribió para felicitarme y me dijo: “hicieron una fuera de serie desde abajo, eso no tiene precio”. Y tenía razón: Agostina tiene un talento indiscutible, pero también mucho trabajo detrás y el acompañamiento de grandes profesionales.

Hoy, con tan solo 17 años, no deja de sorprender y demostrar que los sueños se trabajan y se cumplen. Desde sus inicios, su familia buscó rodearla de profesionales formados, no para “fabricar” una campeona, sino para que pudiera disfrutar del deporte que amaba, evitando frustraciones y abandonos. Sus padres tienen súper presente que ante todo son los papás de Agos, no de “la campeona del mundo”.

Como psicóloga del deporte, agradezco profundamente la confianza que me brindaron. Desde el inicio, Agos tenía claro que quería vivir un Juego Olímpico. París 2024 empezó como un sueño, que años después, y tras miles de horas de trabajo, se transformó en un objetivo… y finalmente en una realidad.

Una reflexión necesaria

El mensaje es claro: por más horas de entrenamiento físico que se acumulen, si no se dedica tiempo y atención a entrenar el factor mental, nunca se marcará la diferencia. La verdadera medalla, la más valiosa, es lograr que cada deportista disfrute, crezca y pueda sostener su pasión sin perder la salud mental en el camino.

Por Agustina Mayer, Psicóloga Deportiva

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