Desde hace unos años se viene estudiando la importancia de la salud intestinal y en específico, de la microbiota intestinal, la cual desempeña funciones imprescindibles en nuestro organismo y de esta influye la salud del cuerpo.
La microbiota intestinal es un conjunto de microorganismos vivos, saludables e indispensables, que se alojan en el intestino y junto con el Sistema Nerviosos Entérico, forman el “Segundo Cerebro”. Estos microorganismos vivos, constituyen la flora intestinal y son altamente benéficos, ya que combaten a los microorganismos patógenos (bacterias, virus y hongos), disminuyendo el riesgo de enfermarnos.
El intestino es un órgano que contiene infinidad de terminaciones nerviosas, las cuales conectan con el cerebro. Ambos se comunican constantemente a través de las terminaciones neuronales, endocrinas e inmunitarias. El intestino envía información al cerebro y viceversa. Esta es una de las razones que explica por qué ante una situación de estrés, algunas personas desarrollan distinta sintomatología intestinal e incluso síndrome de Intestino Irritable u otras enfermedades o trastornos de todo tipo.
La disfunción del Eje Intestino-Cerebro, se relaciona con distintos tipos de trastornos: metabólicos, gastrointestinales, neurodegenerativos y neuropsiquiátricos (depresión y ansiedad) como también ciertas enfermedades de la piel.
No solo el estrés puede generar un desequilibrio en la microbiota intestinal. También pueden alterarla los antibióticos, el sedentarios, el/los déficits de vitaminas (por ejemplo, deficiencia de Vitamina B12, Vitamina D), un mal estilo de vida, falta de descanso, una dieta no saludable, el tabaquismo, el consumo de alcohol y algunas enfermedades.
Por todo lo mencionado, es sumamente importante, mantener nuestra microbiota intestinal sana. Para ello, te dejo algunos consejos:
- Realizar una dieta saludable, equilibrada y nutricionalmente completa, en calidad de alimentos y con un aporte adecuado de nutrientes.
- Aportar fibra en la dieta diaria a través de: Frutas, verduras/vegetales, legumbres, semillas y frutos secos. Además, las semillas y los frutos secos proveen ácidos grasos esenciales (Omegas 3 y 6); en específico el Omega 3 tiene efectos antiinflamatorios que favorecen a la microbiota y a la salud intestinal.
- Consumir a diario alimentos Probióticos, como por ejemplo: Yogur, Kéfir, Té de Kombucha; o alguna otra bebida fermentada o alimento fermentado (Ej: Kimchi, Miso, etc).
Los probióticos también pueden aportarse a través de suplementos. - Consumir a diario alimentos Prebióticos, por ejemplo la Inulina (una fibra prebiótica) presente en vegetales como espárragos, alcauciles, achicoria, ajo y cebolla; zanahoria, tomate, papa y boniato. Otras fuentes de prebióticos son: algunas frutas (cítricos, manzana, banana), los cereales integrales (avena, trigo burgol, etc), semillas como chia y lino; y todas las legumbres. Asimismo, los prebióticos también pueden aportarse a través de suplementos.
- Evitar el consumo de alimentos procesados, ultra procesados e industrializados. Elegir preparaciones caseras, realizadas con alimentos naturales.
- Evitar el estrés.
- Realizar actividad física y evitar el sedentarismo.
- Tener un buen descanso.
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
Lic. Bárbara Soledad Saavedra
By Nutrición Estratégica
Nutricionista MP 5735 | MN 9976
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