Está demostrado científicamente que la alimentación cumple un rol fundamental en nuestra salud. Hipócrates, considerado el Padre de la medicina Occidental, dijo que el alimento puede ser nuestra medicina o enfermedad, y ciertamente, tenía razón. Por lo tanto, si queremos cuidar nuestra salud y garantizarnos una buena calidad de vida, es fundamental prestar más atención a nuestra alimentación diaria.
Una buena forma de comenzar es mejorar las compras. El primer paso consiste en planificar un menú semanal, lo cual es práctico porque nos permite armar platos con los mismos ingredientes y unificar las compras. Así, no solo ahorramos dinero, sino también tiempo, y evitamos caer en la improvisación o recurrir al ‘delivery’. Si dedicamos algunas horas de un solo día en planificar un menú y hacer las compras, optimizamos tiempo y dinero en la semana. Hoy en día, hay muchas ofertas, promociones con medios de pago, ferias municipales, donde podemos acceder a todo tipo de alimentos a precios económicos.
Para ayudarte con el primer paso, te dejo mi lista y ruta de compras, y algunas opciones de comidas con estos alimentos.
1) VERDULERÍA: para frutas, verduras y huevos. Trato de comprar solo lo que voy a necesitar según la planificación semanal. Subdivido, cocino y freezo para ayudarme a optimizar tiempos en el día a día. Siempre elijo frutas y verduras de estación, tienen mejor sabor y precio.
2) SUPERMERCADO/FERIAS: Elijo los días de promociones bancarias para hacer una compra semanal que incluye lácteos como ricota magra, queso fresco, leche y yogur sin azúcar (para preparar yogur casero). También compro enlatados (me salvan), tomate triturado, algo de carne, edulcorante para cocinar, aceite, vinagre, café, yerba, te, arroz integral.
3) DIETÉTICA: Avena, harinas alternativas (no harina blanca refinada, suelo
elegir integral, de almendras, centeno), legumbres (lentejas y garbanzos son los
que más uso), coco rallado, cacao amargo, especias, pasta de mani sin azucar,
frutos secos, granola, quinoa.
4) CARNICERIA/GRANJA/PESCADERÍA: pollo, carnes, pescado. No siempre elijo lo mismo ni compro todo con la misma frecuencia, ya que muchos productos no son indispensables. Sin embargo, la mayoría de estos forman parte de los básicos para mantener una alimentación equilibrada y saludable. Algo que tienen en común todos estos productos, es que sirven para preparar comidas, y no hay ultraprocesados como galletitas, snacks, alimentos prefritos, embutidos, mermeladas, dulces, gaseosas. La idea es evitar estos productos industriales, ya que contienen muchos aditivos químicos que son perjudiciales para la salud, como saborizantes, aromatizantes, conservantes, colorantes.
En la actualidad, contamos con la Ley de etiquetado frontal, que podría ayudarnos a guiar nuestras decisiones a la hora de comprar; pero algo que nunca va a fallar es comprar alimentos más simples, no tan modificados por la industria y que nos sirvan para preparar recetas o comidas caseras, y más nutritivas.
Por ejemplo, aquí te dejo un menú para un día:
DESAYUNO: infusión + Yogur + fruta + granola
ALMUERZO: milanesa napolitana + souffle de verduras
MERIENDA: infusión + Tostadas con huevo y tomate
CENA: Hamburguesa de pollo con salsa de mostaza + ensalada
Es importante aclarar que la alimentación es muy personal, no todos necesitamos los mismos alimentos y cantidades (ejemplo si tenes patologías específicas, gustos, costumbres). Si deseas mejorar tu alimentación, tenes dudas acerca de cómo lograr tus objetivos de salud y físicos, o si simplemente queres aprender a comer mejor, te recomiendo acudir a un licenciado o licenciada en nutrición para acceder a información certera y personalizada, ya que están calificados para ello.
Lic. Candelaria Gómez
@quinua.cocinanat
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